Con el titular “Las empresas segovianas de transporte de mercancías necesitan 150 camioneros más”, la edición segoviana de El Norte de Castilla, ha publicado un artículo informando sobre el sector del transporte de mercancías. Por el interés que supone para nuestros asociados, a continuación le reproducimos (en este enlace pueden leerle íntegro en formato pdf).
La falta de relevo generacional es solo uno de los males que aqueja al sector del transporte de mercancías. El personal avanza hacia la edad de jubilación, envejece el DNI de los conductores y la industria no encuentra nuevas hornadas de camioneros que tomen el volante. Esta problemática tiene su reflejo en los datos de nuevas licencias: en toda España han bajado un 80% desde el año 2007. Esta asfixiante falta de trabajadores que arrastra la actividad se ha visto agravada con la pandemia.
En el ámbito de la provincia hay alrededor de 2.000 conductores que trabajan de transportistas. Pero hay hueco y empleo para más. La patronal del sector en Segovia –Asetra– cifra en 150 camioneros más la cantidad de profesionales necesarios para cubrir los asientos vacantes en las cabinas de los vehículos, según los cálculos del director de la organización, Fernando García.
El representante de la agrupación segoviana agrega al de la escasez de recambio humano otros síntomas que empeoran el cuadro diagnóstico que aqueja al sector. Como consecuencia de la falta de nuevos chóferes está el paulatino envejecimiento de la plantilla de transportistas de mercancías en la provincia, ya que la edad media de los conductores ronda los 50 años, por lo que la situación dentro de quince años, de no incorporar savia nueva, puede ser «crítica».
Autovías ¿de pago?
García continúa la auscultación y del examen se concluye que el paciente es pluripatológico. El suma y sigue acumulado de afecciones ha alentado el grito de ‘basta’ de los empresarios ante lo que consideran un continuo «abandono al sector» por parte de la Administración.
Algunas demandas que justifican el llamamiento a paralizar la actividad no son nuevas. Por ejemplo, la revisión de la implantación del pago de peajes. Fernando García se remite al Comité Nacional del Transporte, promotor de la medida de presión, al recordar un documento de julio del año pasado en el que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana proponía una serie de medidas a favor de garantizar la supervivencia de la actividad. Entre ellas figuraba el compromiso del Ejecutivo central de no hacer pagar a los camioneros por circular por las autovías. Sin embargo, los industriales están con la mosca detrás de la oreja después de que «día sí y día también se produzcan noticias sobre cómo se llevará a cabo, por lo que todo parece indicar que nos obligarán a pagar por algo que ya hemos costeado», señala el Comité Nacional del Transporte de Mercancías en su argumentario de la huelga.
Este organismo que aglutina a multitud de asociaciones profesionales, considera que el sector ya aporta a las arcas del Estado 19.000 millones de euros anuales a través de los impuestos a los combustibles, «más que suficiente para hacer frente al mantenimiento de las carreteras».
El entramado empresarial de la provincia afectado por la convocatoria de huelga está conformado por unas 380 compañías dedicadas al transporte de mercancías. Al menos las que están dentro de Asetra. El director de la organización incluye en el radio de influencia de la agrupación desde aquellos industriales que simplemente cuentan con una furgoneta de reparto hasta las compañías más fuertes que disponen de una flota compuesta por un centenar de camiones.
Mil euros más en un año
En su chequeo al estado de salud de la actividad económica, García subraya el achaque del precio del combustible en la contabilidad de las compañías. El repostaje anual de un camión cuesta ahora unos mil euros más que doce meses atrás, lamenta el portavoz segoviano. «Sin embargo, los precios de los servicios no suben y al final eso va a la cuenta de resultados de las empresas y de los autónomos» que trabajan en el sector, incide en su queja en torno a los sobrecostes que tienen que afrontar los industriales del transporte en la actualidad.
Pero no terminan ahí los síntomas. Una de las prácticas que más les duele a los profesionales es que, además de conducir durante horas, muchas veces a contrarreloj y contraviniendo la norma del descanso con el consiguiente riesgo en la seguridad vial, y además de las dificultades de compatibilizar la vida laboral con la familiar porque son trabajadores que se pasan varios días fuera de casa, los camioneros han de ejercer también de cargadores. García deja patente su enfado con esta circunstancia que se produce habitualmente en el desempeño que encarna el transportista.
Por eso, en el llamamiento a la huelga también late esta reivindicación gremial para que se mejoren las áreas de descanso para los conductores y para que después de varias horas de tensión al volante no tengan que ser ellos los que descarguen el género. De hecho, el director de Asetra pone de relieve que en la vecina Portugal ya se ha regulado la prohibición de que los transportistas tengan también que hacer las veces de la carga y descarga de la mercancía que trasladan.
No habrá desabastecimiento
Por si fuera poco, en los últimos meses se han añadido a este cuadro el malestar por las continuas tensiones entre empresas y clientes a raíz del recorte de las remuneraciones y los retrasos en los pagos. «Tampoco se han tenido noticias de la devolución de 200 millones de euros del importe pendiente a devolver del céntimo sanitario cuando se comprometieron a hacerlo antes de finales de 2020», recuerda la convocatoria de paros del Comité Nacional del Transporte de Mercancías.
La lista de quejas también recoge la falta de áreas de descanso y muchas de las que existen carecen de servicios primordiales para garantizar la comodidad del transportista. Además, tampoco suelen disponer de la seguridad necesaria para evitar el disgusto al día siguiente de encontrarse desperfectos en el remolque y la sustracción de la mercancía.
Con un pulso tan debilitado, las empresas se han rebelado y han convocado una huelga que, de seguir adelante, tiene visos de paralizar el transporte de mercancías en plenas fechas navideñas. El impacto del bloqueo planteado es el que se presupone en una medida de fuerza de este calado, es decir, el desabastecimiento de productos en la temporada álgida de ventas en grandes superficies y en pequeñas tiendas tradicionales, además de los retrasos a la hora de recibir los pedidos.
García recuerda huelgas pasadas en el sector para intuir los efectos que conllevaría el bloqueo del traslado de mercancías por carretera. Cita el ejemplo de los tres días de paro secundados en 2008 en los que el seguimiento fue prácticamente del 100%. Solo funcionaron los servicios esenciales, como el transporte de gasoil a domicilios o el suministro a estaciones de servicio. El director de Asetra deduce de aquella experiencia que, de celebrarse, la huelga «estará en niveles muy cercanos» a los de hace trece años; aunque matiza que «la sociedad esté tranquila porque no habrá desabastecimiento».
Los paros programados por la patronal del transporte de mercancías para los días 20, 21 y 22 de diciembre siguen vigentes después de casi un mes en el que las negociaciones y propuestas que no han llegado a buen puerto.
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